Ver pasar las cosas a
través de la pantalla de un ordenador es como hacerlo a través de la ventana de
un tren. Te sientes protegida dentro de un espacio cerrado; no importa lo que
ocurra fuera. Tú eliges lo que quieres o no quieres ver, puedes abrir o cerrar
los ojos a gusto.
¿Qué pasa cuando
tenemos que abandonar el tren? Pues que volvemos a la realidad, estamos con los
pies en tierra, no hay whatsapps ni píxeles. Somos sólo nosotros, el mundo y
las cosas que lo integran.
El cristal ya no nos
protege y ahora tenemos que valernos de nosotros mismos sin la protección de
ese “anonimato virtual” que tanto nos gusta. Ya no tenemos una id; tenemos un
nombre y un apellido (¡eso es mucho más jodido!).
Esta fue la, quizá,
absurda conclusión a la que llegué ayer viajando en un tren de Santiago de
Compostela a Ourense ¡Qué bien se estaba en aquel asiento viendo todo pasar a
200 km por hora! Parecía que no había crisis, ni paro, ni gente gilipollas caminando
por las calles ¡El mundo era maravilloso! El campo verde, los ríos azules, las
vaquitas felices pastando en los prados… Pero ¡ay! Cuando pones los pies en
tierra y te vuelves a encontrar con la realidad, la “realidad no virtual”. Otra
vez las mismas caras amargadas, la misma mala educación, el mismo abandono en
todos y cada uno de los objetos que ves… ¿Será ese el motivo por el que tanta
gente joven no quiere dejar su ordenador?¿Nos sentimos más protegidos
observando el mundo a través de la ventana del tren? Y ¿será esa la razón por
la que dicen que ya no estamos preparados para lo que se avecina?¿Porque nos
hemos situado en el lado incorrecto de la ventana?
Que cada uno saque
sus conclusiones. Yo ya tengo las mías.
Siempre nos quedan las drogas y el alcohol para desconectar de la realidad XDDD
ReplyDeleteTambién el futbol, la telebasura, las redes sociales...
Hace tiempo me llamaba la atención eso de la realidad virtual, no falta mucho para que nuestra vida sea como un videojuego!!!