Thursday 10 December 2015

¿Te imaginas un futuro sin futuro? Analicemos la sociedad



Dentro de unos días tendrán lugar elecciones en nuestro país. Los medios de comunicación están que arden exhibiendo mítines, debates y demás “espectáculos” (porque no son otra cosa) entre futuros gobernantes que se devoran los unos a los otros a fin de arañar los últimos votos.

Puesto que, últimamente, me he dedicado más a tratar problemas sociales que musicales, hoy me toca hablar un poco sobre todo este enjambre de abejas. Tampoco pretendo crear un debate electoral (en televisión ya los hay a patadas) ni que nos pongamos a divagar sobre un partido político u otro. Sólo intento analizar lo que hay, puesto que imagino que mi amarga situación no es algo fuera de lo común.

Mi experiencia se puede resumir en muy pocas líneas: Empecé impartiendo clase hará unos ocho años tras pasar por una formación de veinte. Ganaba un sueldo que se podría considerar normal a día de hoy: Unos 600 - 700 euros pagando impuestos, seguros y demás tasas exigidas por “Papá Estado”. Todavía eran tiempos de vacas gordas: La gente entraba por la puerta con una sonrisa de oreja a oreja; era constante en las actividades que se impartían y había un “buen humor” generalizado que no dejaba de ser un gran aliciente en el día a día. 

Todo aquello duró lo que un telediario. De un año a otro las escuelas de música cerraron sus puertas; la enseñanza continuó, pero en los instrumentos más clásicos. Ya no había sitio para las nuevas tecnologías. Los papás preferían mandar a sus hijos a clases de violín o piano; un ordenador no era más que una herramienta para jugar al Tetris o descargar películas, nunca una opción para un músico. 

Sé que somos muchas las personas en esta situación y me siento culpable por formar parte de una sociedad que, en una gran mayoría, es culpable de este desastre (porque, ¿qué le vamos a hacer? Todos portamos parte de la cruz). 

No sólo me duele el verme con la maleta en la mano; me duele el ver a tanta gente mirando hacia otro lado, como si nada de esto hubiera ocurrido. Ahora la calle es una plaga de zombies que se tambalean con un teléfono móvil en la mano. Tropiezan los unos con los otros, ni tan siquiera se disculpan; les da lo mismo avanzar por una acera que caminar por el centro de una autovía. 

Si no levantamos las cabezas de los teléfonos, si no adquirimos conciencia de los demás y si no empezamos a pensar en colectivo ¿cómo vamos a salir del agujero?
¿Por qué los gobernantes mean encima nuestra y seguimos diciendo que llueve? ¿Por qué admiramos a celebrities, gente de la farándula y personajillos que, además de evadir impuestos, se ríen en nuestras caras? Y, lo más importante ¿por qué pretendemos ser como ellos?

A medida que el sistema va cerrando sus puertas a fuertes y a débiles parece que sólo los mediocres triunfan en la tierra de nadie. He visto a gente preparada hacer las maletas y acabar sus días en algún lugar recóndito de Estados Unidos o de Oriente Medio. También he visto a auténticos estafadores en masa tomándoles el pelo a clientes de confianza. Gente sin escrúpulos, con un nivel cultural por debajo de cero que, sin embargo, ofrecen un servicio penoso a un precio, aparentemente, razonable en una sociedad sin recursos. Ellos son los que, por desgracia, nunca abandonan este país. Continúan en él incrementando el bajo índice moral de una sociedad que no se entera de nada y, lo más dramático, apoyan un sistema carente de dinamismo o ética.

Ahora me pregunto: ¿Realmente merecemos estar como estamos? ¿Crees que todos y cada uno de nosotros debería poner su granito de arena o que, como dice el dicho, cada perro debería lamerse su instrumento? 



A lo largo de la historia las escalas sociales no han experimentado ninguna evolución. Mientras que la tecnología ha avanzado de una manera más que vertiginosa, las castas integradas por gobernantes o gente de élite, en resumen, los grupos de privilegiados y de no privilegiados siempre han sido los mismos.

Puesto que vivimos en una sociedad con acceso a la cultura ¿es posible que hayamos pasado esto por alto?¿Aún no nos hemos dado cuenta o es que no queremos hacerlo?



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